Un espacio para la reflexión

Espero que os empapeis de mis palabras al igual que yo empapé mi alma en ellas.
Poco a poco iré subiendo mis escritos, que tratarán de reflejar las preocupaciones y reflexiones de una persona anónima.

Saludos de Callyope

miércoles, 26 de enero de 2011

Las notas perdidas

¿Sabéis lo que es robo del pensamiento? Bueno para los que no lo sabéis el robo del pensamiento se encuentra dentro de la psicopatología del contenido del pensamiento y se caracteriza porque la persona que lo padece tiene la creencia de que algo del exterior le está quitando sus propios pensamientos, creencias y sentimiento, sin que pueda hacer nada. Pues yo últimamente siento algo parecido, no patológico por supuesto, es una simple analogía.

Supongo que todos, al igual que yo, tenéis una serie de canciones que os identifican, que os han marcado en un período de vuestra vida y que solo el escucharlas se vuelve el fetiche de muchos días rememorando antiguas vivencias muy especiales. Esas canciones son propias de cada uno y para cada persona significan un sentimiento o momento intransferible que los demás no entienden. Digamos que me encanta la música, soy amante de la música tanto para disfrutarla como para cantarla. De hecho, una curiosidad, Calliope en el griego antiguo significa "hermosa de voz". Bueno pues como buena amante de la música tengo mi repertorio íntimo y muy plural, y suelo ser bastante singular en mis gustos.

A pesar de todo esto, últimamente estoy viendo como específicamente una persona me está "robando" mis canciones y con ellas mis recuerdos intransferibles utilizándolos de una forma muy irónica contra mi. No voy a entrar a explicar la situación con nombres y apellidos, sé que puede resultar un poco abstracto explicarlo así pero si no sería un error.
Siguiendo con la línea de lo que quería decir, no hay palabra en el diccionario de la lengua castellana para explicar como me siento ante tal hecho, cada día veo como la persona menos indicada utiliza mis canciones, mi identidad, con fines fíbrolos. Está consiguiendo que deje de escuchar la música que ante me apasionaba ya que ha desplazado mis recuerdos mas preciados por otros nada agradables...
 ¿Debo pensar que es un hecho aislado y que solo se trata de una mera coincidencia?... No lo creo, dadas las circunstancias es imposible que tal cosa no esté premeditada. No se como expresar mi ira, no se me ocurre ningún medio por el cual ha podido conseguir invadir mis pensamientos para utilizarlos contra mí, mis canciones, mis recuerdos... se están desvaneciendo en un sin fin de hipocresías y críticas. ¿Como es posible que otra persona pueda identificarse con las mismas letras que yo? Es imposible pensar que haya 2 mentes tan parecidas, que se estimulen con las mismas cosas, que compartan los mismos recuerdos. Me niego a creerlo, algún motivo tiene que estar detrás de todo esto... el motivo ya lo sospecho, pero es eso, una mera sospecha de la cual en este mundo no puede reclamarse.

Se que no existe una ley para la exclusividad de una vida, pero me niego a aceptar el robo de tantos años, de tantos momentos acompañados de esas dulces melodías que dan color a mi vida. Se que no hay ninguna legislación, pero la moral de cada persona debería impedir tales aberraciones... claro que de donde no hay, no se puede sacar más.
Se que puede resultar un tanto extraño este texto y que no comprendáis exactamente lo que quiero decir, pero para mi es muy importante poder expresarme en estas situaciones que fueron las que me impulsaron a crear el blog.

Ya que hoy el tema ha tratado acerca de la música, termino añadiendo unos versos de una de mis canciones, que tan bien se acoge a esta situación.

"Buena suerte en tú camino,
yo ya tengo mi destino
con mi sangre escribo este final"

Fdo: Callyope

martes, 25 de enero de 2011

La pérdida de elasticidad de la plastilina

No pensaba escribir esta tarde, no pensaba dedicarme hoy a esto... Pero una vez mas la vida pone a prueba mi tensión arterial. Me siento incapaz de no escribir ya que aunque parezca increíble, el simple hecho de teclear lo que siento en estos momentos hace que se calme mi organismo. ¿Nunca habéis hecho aquello de escribir una carta a alguien diciendo todo lo que querríais decirle y luego en vez de ser mandada la rompéis o quemáis? Pues digamos que esto tiene el mismo efecto, solo que lo comparto con todos vosotros.

El tema de hoy es sobre la amistad, mas bien deberían llamarlo amis-ya, porque antes de que acabes de leer la palabra ya ha caducado. ¿Exageración, mala suerte? para nada... Estamos hartos de ver en las películas y series las situaciones ideales de amigos para siempre y que sortean los obstáculos de la vida, luego cuando vivimos nuestra vida nos damos cuenta que eso es prácticamente imposible y que compañías como "Disney" nos han estado engañando muchos años, esto es extrapolable a las relaciones amorosas pero eso lo trataré otro día con mas detenimiento ya que requiere al menos una novela de 15 tomos.

"Quien encuentra un amigo, tiene un tesoro" gran frase extendida entre la población, lo que nadie nos explicó es que ese tesoro no es de oro, no, si no mas bien de hierro, hierro que con el paso del tiempo se oxida poco a poco hasta llegar a ser tan frágil como la plastilina.
La plastilina al principio aunque frágil, es moldeable y podemos hacer con ella lo que queramos, miles de formas según nuestra voluntad... La amistad es lo mismo, siempre al final hay una persona que es moldeable y otra persona la que moldea al gusto. El problema viene cuando la plastilina pierde su elasticidad, esto ocurre cuando la hemos usado tanto que ya es imposible que alcance una forma y se vuelve dura e inflexible. Pues eso es el fin de la amistad, o se cansan nuestras manos de moldear la plastilina, o la moldeamos tanto que al final la convertimos en una piedra inerte.
No es pesimismo, es realidad, podemos tener meses, años o incluso décadas de elasticidad con alguien, pero al final esa elasticidad se acaba perdiendo como la piel humana pierde su colágeno o el pantano pierde el agua.

Siempre he sospechado esto, quizás sospechado fuera quedarme corta ya que desde hace mucho mis ojos se han abierto a la realidad, por cruel que sea. Sin embargo el motivo que me ha llevado a escribir hoy y no hace 3 meses o 5 años es la gota. ¿La gota? sí, esa polémica gota que rebosa desde vasos hasta la ira. El poder de la última gota que sobresatura a una persona es inmenso, muy inmenso, ya que puede provocar en ellas reacciones de rabia, de pasión, de odio o incluso de fobia. Pues a mi la gota me hace escribir, expresarme de la forma mas sincera que existe en este mundo: la palabra escrita, que calma a las mas horribles bestias del pensamiento.
Hay muchos tipos diferentes de gotas, de distintas intensidades y duraciones, cada uno sabemos cuales son nuestras gotas y sabemos como evitarlas. Hoy mi gota ha sido la rotura de la plastilina. Lo peor no es el hecho de que se rompa si no el saber que no me ha causado tristeza ni odio, solo ganas de coger un teclado. Pero, ¿Porqué debería causarnos tristeza el liberarnos de una persona que poco a poco a moldeado la plastilina con formas absurdas y avergonzantes? ¿Porque debemos sentir compasión y conceder esa palabra llamada perdón para luego vernos acabados tan fríos como una roca? Yo he elegido no ser desgastada y rígida, yo he elegido no llegar al final y quedarme en el camino y no me arrepiento. Yo he elegido no ser una plastilina débil el resto de mi vida.

Por eso he escrito acerca de este tema, no os conforméis con la mediocridad de una relación no simétrica, no os conforméis con 90 días de ignorancia y 10 de  alegría, no os conforméis con una palabra amable tras 50 discusiones, no os conforméis con la "amis-ya" y romper con los esquemas antes de que la mano sea demasiado grande como para liberarse de ella.
 La amistad es una palabra muy grande y últimamente es suplantada continuamente. No dejes que eso ocurra,   no tienes porque llegar a la gota, se puede vivir infinitamente mejor con el vaso medio lleno.

Fdo: Callyope

lunes, 24 de enero de 2011

Pensar enriquece y mata al mismo tiempo

A veces los títulos que anteceden a un texto dicen poco o nada de él, a veces hacen referencia tan solo a ejemplos irrelevantes o incluso a alguna retórica enrevesada por parte del autor. Sin embargo, el título que he elegido para mi primera publicación no tiene nada de lo anteriormente expuesto. Breve, claro y conciso, aunque puede resultar un poco tosco leerlo a la primera, pronto entenderéis que no es nada mas alejado de la realidad.

Creo que esta simple frase "Pensar enriquece y mata al mismo tiempo" es una de las muchas conclusiones a las que he llegado, y puedo afirmar que es de la que estoy mas convencida. Quizás algunos penséis "bah eso ya se dijo" o cosas similares, pero considero que no hay nada mejor que comprobar y descubrir las cosas por uno mismo, mas aún si se trata de abstracciones de la vida. No digo que no haya que leer las obras donde plasman sus pensamientos autores renombrados de la historia, actividad que yo misma realizo, pero no está de más no seguir una vertiente por el simplemente hecho de leer o contemplar, hay que atreverse a experimentar y reflexionar los resultados. Pero eso es otro tema.

En mi vida he pasado muchas etapas en las que poco a poco he desarrollado mi pensamiento, desde la infancia hasta la hoy en día nuestra mente lleva a cabo una auténtica metamorfosis. Pero quizás nunca imaginé que pudiera llegar a este estadio de complejidad y reflexión. Confieso que al principio no me entusiasmó los temas filosóficos y mucho menos tener que estudiarlos. Mi mente joven aún no comprendía la grandeza de tener la capacidad de poder plasmar los pensamientos tan complejos de una persona en un simple papel trasparente para los demás.
Tengo el recuerdo de una de mis primeras clases de filosofía, hace ya 4 años, en ella  nuestra profesora nos relataba que en el mundo existían 2 clases de personas. El primer grupo englobaba a todas aquellas que miran pero no ven, es decir, viven su día sin prestar atención en donde se encuentran y el porqué de los hechos. El segundo grupo se trataba de los observadores, personas que en cada momento del día cuestionan los hechos y no solo se quedan con lo aparente, observan y reflexionan desde las simplezas de la vida cotidiana hasta los misterios mas oculto de la ciencia o la metafísica. En ese momento no le dí importancia a esas palabras, aunque mi subconsciente parece ser que sí porque hoy en día las tengo grabadas y puedo afirmar que soy una persona observadora, perteneciente al segundo grupo.

No se desde cuando llevo esta conducta, no puedo ponerle un punto de comienzo... quizás sea mas bien un progreso lento y en ascensión del que no nos damos cuenta. Últimamente no hago otra cosa que el cuestionarme el porqué de las cosas, el porqué de las personas y de los sentimientos y el porqué de la vida. Todos estos conceptos forman un aquelarre en mi mente y poco a poco fraguan con mas profundidad. No soy una persona simple, siento cosas que no se corresponden con la experiencia y tengo aspiraciones que nunca llegan, ni llegarán. La frustración ya es mi compañera de viaje que duerme en mi maleta y de vez en cuando despierta para hacer alarde de presencia.
Las personas que solo piensan lo necesario, es decir, para resolver un problema concreto, para llegar a un sitio o simplemente para cocinar, parecen mas felices. Para ellos un sí es un sí y un no es un quizás y una esperanza de futuro, para ellos el que se caiga un vaso no implica nada mas que exprimir una fregona , para ellos dormir es un simple proceso de acomodación etc.  Sin embargo, para los observadores nada es tan simple como parece, nada es tan inútil ni tan cercano ni tan difuso...
 Hace tiempo que mi fe se ha resquebrajado, que no se en lo que creer... ni si quiera se si creo en algo, que las ilusiones se desvanecen en cortinas de aire frío y se hacen insignificantes, hace tiempo que ya nada es suficiente. El pensar hace grande tu mente, enriquece tu espíritu y muchas cosas más, pero también puede hacer que nada vuelvas a verlo como antes, que la complejidad de ahogue en su caverna solitaria y que no seas la misma persona. ¿Bendición o maldición? la pregunta queda en el aire, desde luego una vez que piensas ya no puedes volver al mundo de la inconsciencia.
Quizás tuviera que darme un golpe en el lóbulo temporal y hacer de mi existencia mas simple, por lo menos volvería a ser lo feliz que antes era... quizás... pero mi entidad no me lo permite, el pensamiento profundo es parte de mi y truncarlo sería como sacrificar mi espíritu.

Fdo: Callyope